Arriesgando y respirando
a fondo,
en praderas a orilla de la ciudad,
donde nadie conoce,
donde nadie sabe que existe,
camino...
Junto a la desconocida persona,
que ruega regresar a casa,
para sentirse importante
y viva.
Para recapacitar todo lo sucedido
en un incomodo momento.
Y al regresar a tal lugar deseado,
la luna se une a nuestra soledad.
¿Y al caso no es estar solos
lo que todos queremos?
¿Solos en donde nadie conoce
nuetros nombres, y con gestos de
egoísmo y resentimiento muestran
amistad pura y sincera?
Respira profundo.
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