viernes, 24 de diciembre de 2010

Ira

Arriesgando y respirando
a fondo,
en praderas a orilla de la ciudad,
donde nadie conoce,
donde nadie sabe que existe,
camino...

Junto a la desconocida persona,
que ruega regresar a casa,
para sentirse importante
y viva.

Para recapacitar todo lo sucedido
en un incomodo momento.
Y al regresar a tal lugar deseado,
la luna se une a nuestra soledad.

¿Y al caso no es estar solos
lo que todos queremos?

¿Solos en donde nadie conoce
nuetros nombres, y con gestos de
egoísmo y resentimiento muestran
amistad pura y sincera?

Respira profundo.

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